jueves, 27 de agosto de 2009

Jaime González: El oficio de no olvidar



Dividido en cuatro cantos, Canción heroica, viene a ser el quinto trabajo literario de este poeta y escritor nacido en los albores de 1947. Con solo 15 años de edad, recibe de manos del propio Pablo Neruda el premio Juegos Florales de la Universidad de Chile con su poema Oda a un niño negro. Entre sus publicaciones destacan los poemarios Huellas en la arena, Anatemas y El caballo azul prologado por Luis Sánchez Latorre. Actualmente se encuentra en imprenta Réquiem, un homenaje a la poeta comunista Escilda Greve.

"El Palacio de La Moneda arde de traición a traición quemado ..." así nos introduce Jaime González en una poesía sinuosa y vehemente que recorre cada episodio de una historia truncada, interrumpida abruptamente por la incontrolable fuerza del poder. Con una pluma incansable, devastadora y a ratos vivencial, este abogado curicano desnuda la realidad de un pueblo herido y castigado, herencia de un poderío militar que dejó huellas en el mar y en el desierto que hoy florece en el Norte Grande.

Los llantos del amanecer en un día gris, el grito visceral de los caídos un 11 de septiembre de 1973, a 30 años de aquella interminable jornada. "No hay pan ni luz: El toque de queda cae sobre secos geranios. De noche allanamientos negros en las casas vacías..." el recuerdo de un pasado oscuro, de balizas ruidosas y helicópteros sobrevolando poblaciones marginales, el hambre, la miseria y la injusticia en calles, vecindarios y antiguos conventillos capitalinos. Por aquellos años, desde el exilio, una dolida Isabel Parra cantaba: "Linda se ve la patria señor turista pero no le han mostrado las callampitas; mientras gastan millones en un momento de hambre se muere gente que es un portento".

El dolor está esbozado en cada verso y palabra que se desliza por el suave papel, pero no es aquel lamento ajeno y colectivo sino el del propio autor "... es dolor mi corazón y mi palabra", nos advierte en cada pasaje de su poesía valiente, envuelta en las llamas de una memoria que resiste el olvido. Canción heroica nace para remontarnos a esa historia reciente, frágil y que muchos prefieren no recordar.

El golpe militar de 1973, los largos 17 años de dictadura, la marginalidad urbana, el manifiesto de aquellos que quedaron en el camino, esparcidos y mutilados con sus rostros marchitos, manos que escarban entre la arena y el fango. Imposible resultará para el lector no revivir lo inconfesable, el desconsuelo de las almas que navegan insomnes por cada rincón de este país.

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